NUESTRAS MASCOTAS Y LA PRIMAVERA
Con la llegada de la Primavera y el buen tiempo, nuestros animales pasan más tiempo fuera de casa, por lo que deberemos estar alerta y tomar una serie de precauciones para evitar riesgos y la aparición de diversas patologías muy habituales en esta estación del año que pueden poner en riesgo la salud de nuestros animales:
1. Alergias
Al igual que los humanos, los animales también padecen alergias de tipo estacional que pueden verse incrementadas en esta época del año debido sobre todo a alérgenos como el polen, que da lugar a síntomas que pueden ir desde problemas leves oculares como lagrimeo , rinitis, dermatitis alérgicas, a problemas respiratorios mas graves como el asma.
En animales suelen ser procesos alérgicos mixtos que han de ser tratados adecuadamente para que los animales tengan buena calidad de vida y evitar estos molestos síntomas. Su veterinario tendrá que valorar a través de pruebas de alergia cuales son los orígenes y valorar la aplicación de vacunas o dietas de eliminación.
2. Insectos
Durante las épocas de calor aumentan las consultas veterinarias de urgencias debido a las reacciones alérgicas que sufren nuestros animales principalmente debidas a picaduras de insectos.
Los síntomas que observamos pueden ir desde leve urticaria con intenso prurito (picores), hipersalivación, vómitos… hasta reacciones alérgicas graves con hinchazón de la zona de la cara: belfos, ojos, lengua.
En todos los casos habrá que acudir de urgencia a su veterinario para que administre medicación preventiva que evite que la reacción se descontrole gravemente y los animales puedan tener insuficiencia respiratoria por edema de glotis e incluso asfixiarse.
También debemos evitar el contacto de los animales con las orugas de los pinos o “Procesionaria”, que puede producir sobre todo en los cachorros más curiosos lesiones muy graves en lengua.
3. Parásitos externos
En esta época del año nuestros animales pueden coger pulgas o garrapatas, que además de transmitir enfermedades también pueden dar lugar a dermatitis alérgica a la picadura de pulgas/garrapatas.
Las garrapatas
Las garrapatas son arácnidos hematófagos que chupan la sangre del huésped al que parasitan. Su ciclo biológico consta de cuatro estadios de desarrollo: huevo, larva, ninfa y adulto. En este estadio tienen un cuerpo redondeado y cuatro pares de patas. Utilizan unas potentes piezas bucales para romper la piel del huésped, y pueden pasar largos periodos de tiempo enganchados y alimentándose de su víctima. Como otros parásitos también tienen una gran capacidad para reproducirse. La hembra puede llegar a poner miles de huevos y convertirse rápidamente en una auténtica plaga.
Las garrapatas son molestas, pero además pueden convertirse en un peligroso transmisor de enfermedades que atacan la salud tanto del perro como de sus propietarios. La Ehrlichiosis produce fiebre, anorexia, pérdida de peso... y en caso de hacerse crónica, conlleva alteraciones sanguíneas, hepáticas y renales. La Babesiosis produce anemia, fiebre, anorexia, debilidad..., y puede derivar en problemas neurológicos y cardiopulmonares. La enfermedad de Lyme es una zoonosis transmisible al hombre, especialmente cuando el contacto con animales afectados es muy prolongado.
La pulgas
Si bien las garrapatas son la causa principal de infestación en perros, las pulgas pueden llegar a convertirse en un problema aun mayor a causa de su gran capacidad de reproducción. Son insectos de color oscuro que también se alimentan de sangre y poseen tres pares de patas. Por su tamaño, entre 2 y 4 mm, pueden pasar desapercibidas, especialmente si el pelaje del perro es oscuro. Además son rápidas y pueden desplazarse corriendo o saltando a gran velocidad. Se reproducen especialmente durante la primavera, el verano y el principio de otoño. En invierno su actividad disminuye, pero no es infrecuente encontrarlas durante todo el año en zonas templadas de la costa. Como hemos señalado, parasitan y chupan la sangre del perro o del gato y se instalan preferentemente en las orejas, entre los dedos de las patas, la zona axilar e inguinal y bajo el rabo.
Entre los problemas ocasionados por las pulgas destaca la Dermatitis alérgica, relativamente frecuente, que produce irritación y molestias que pueden llegar a convertirse en un problema grave cuando el animal afectado intenta aliviarse rascando la zona afectada. A las lesiones e infecciones que acompañan la Dermatitis se suman los cambios en el estado de ánimo del animal: nerviosismo, malestar, irritabilidad. Las pulgas también transmiten algunos parásitos.
Sistemas para combatirlas
Afortunadamente, en el mercado existen muchos productos que nos permitirán combatir pulgas y garrapatas para reducir el riesgo que estos parásitos ataquen nuestros animales de compañía o a nosotros mismos. Por otra parte, la abundancia y diversidad de productos puede también complicar nuestra elección. ¿Qué es mejor, collar, pipetas o spray ?. ¿Cuál es el sistema más económico ?. ¿Cual el más eficaz ?. En todo caso la elección estará condicionada sobre todo, por el riesgo de que su perro o su gato se vea atacado por estos parásitos (horas que pasa en el exterior, tipo de hábitat -urbano o rural-, etc). A mayor riesgo mayor y mejor protección, con menor riesgo podremos reducir las medidas a tomar.
Productos para el entorno
Se trata de productos pensados para tratar superficies medianas o grandes, habitualmente en el exterior de nuestra casa, chalet, etc, aunque también pueden utilizarse en un recinto cerrado cuando se haya infectado. En el mercado encontrará tres tipos de presentaciones: líquido, polvo y humo.
Los insecticidas en humo solamente pueden usarse en recintos cerrados. Se trata de un bote con insecticida que al abrirlo esparce su contenido en forma de humo por toda la habitación. Matan por contacto, no son residuales y tienen la ventaja de que son fáciles de aplicar y penetran en todas partes. Son una buena solución cuando, por ejemplo, las pulgas u otros insectos se han apoderado de una habitación que no podemos limpiar, o de algún rincón de nuestra casa. No mancha y actúa sin necesidad de retirar muebles, libros, sofás, etc.
Los insecticidas en polvo se han utilizado tradicionalmente en el campo, en perreras o en instalaciones ganaderas. Acostumbran a tener un buen efecto de choque, pero al actuar por contacto es necesario realizar una aplicación extensa y homogénea. Tienen un efecto residual limitado, pero utilizados una vez a la semana actúan de barrera ante posibles ataques. Algunas veces se utilizan sobre el animal, pero no debemos olvidar que si el perro lo ingiere pueden causar una intoxicación. En ningún caso se deberían utilizar en cachorros o en hembras con cachorros porque en estos casos el riesgo de intoxicación por ingestión es aún mayor.
Los insecticidas líquidos son los mejores para combatir pulgas, garrapatas y otros insectos en espacios al aire libre. También son la solución más económica si se utilizan productos concentrados. Después de realizar la disolución en agua deberemos aplicarlos en la zona a tratar. Puede utilizarse un pulverizador, la forma más cómoda, o cualquier otro sistema. Algunos insecticidas como el diazinón tienen un potente efecto de choque, otros como las permetrinas, cipermetrinas y alfapermetrinas, tienen una mayor persistencia una vez aplicados. Los mejores son aquellos productos que combinan los dos tipos de insecticidas. La persistencia además dependerá de la superficie de aplicación. Si se aplica directamente sobre la tierra, por ejemplo, la duración será muy baja. Sobre materiales porosos la duración tampoco es excesiva, por lo que será aconsejable rociar primero la superficie con agua para que esta se empape, y después aplicar el insecticida. Cuando el riesgo de infestación es alto porque el perro vive o pasa muchas horas al aire libre, su uso es prácticamente imprescindible. Al actuar sobre el entorno del animal, reducimos la posibilidad de que este sea atacado y aumentamos la capacidad de control de un collar o de las pipetas en el caso de que las lleve.
Existen también productos alternativos como los emisores de impulsos ultrasónicos que en teoría actúan como repelentes electrónicos de insectos. En nuestra web no los encontrará porque no creemos que se haya demostrado su eficacia.
Productos para su perro o su gato
Una vez controlado el entorno deberemos pensar en proteger directamente a nuestro perro o gato. Para ello contamos con tres tipos de productos: el collar insecticida, el spray, y la pipeta.
El collar insecticida
Las ventajas: Es uno de los sistemas de control tradicionales. Son útiles sobre todo para combatir las garrapatas, aunque algunos también controlan las pulgas y los mosquitos. Si valora la comodidad y el precio, el collar es una buena opción. Sin embargo, no todos los collares tienen las mismas propiedades. Preventic, de laboratorios Virbac, ofrece una buena protección contra las garrapatas. Kiltix, de Bayer, controla garrapatas y pulgas y además le ofrece tres tamaños diferentes. Scalibur actua contra garrapatas, pulgas y mosquitos. La duración de un collar se situa entre los 4 y los 6 meses, si bien la efectividad va disminuyendo con el tiempo. Algunos collares también son resistentes a la humedad, aunque es mejor retirarlos temporalmente si su perro ha de estar en contacto con agua
Los inconvenientes: La eficacia del collar depende de la actividad del perro y del número de garrapatas que encuentre a su paso. Si el grado de infestación es alto, es muy probable que las garrapatas acaben atacando al perro. Para evitarlo es aconsejable realizar fumigaciones periódicas de la perrera o del entorno del animal. También puede reforzar la acción del collar aplicando un insecticida sobre el perro, bien en forma de pipeta, bien en forma de espray.
Las pipetas
Las ventajas: Las pipetas o el sistema conocido como spot-on, son fáciles de administrar y ofrecen una protección amplia contra pulgas y garrapatas. Se aplican en la base del cuello, con cuidado que el líquido entre en contacto con la piel, y el producto activo se distribuye de manera uniforme por todo el cuerpo durante las horas siguientes. La duración es menor que en los collares: alrededor de un mes si queremos controlar tanto pulgas como garrapatas, pero el grado de protección es mayor y empiezan a actuar a las pocas horas. Entre las marcas más conocidas, Frontline Spot on actua contra pulgas y garratas. Frontline Combo Spot on, además actua contra las fases inmaduras de la pulga (huevos, larvas y pupas), por lo que evita reinfectacions. Advantix Spot on, ofrece protección contra pulgas, garrapatas y tiene un efecto repelente contra los mosquitos. Todas, además, son resistentes al agua, por lo que puede lavar a su perro pasadas 48 horas después de la aplicación.
Los inconvenientes: En situaciones de gran número de pulgas o garrapatas, la acción repelente de las pipetas puede verse mermada. En algunos casos las garrapatas más resistentes intentan atacar al animal y a veces lo consiguen, aunque acaben desprendiéndose bajo el efecto del insecticida. Puede reducir el riesgo fumigando el entorno del animal en las épocas de mayor actividad de pulgas y garrapatas, en primavera y final del verano. También puede rociar a su perro con un spray insecticida o una loción repelente antes de salir al campo o al parque.
Los sprays
Las ventajas: Actúan de manera inmediata. Si su perro o su gato tiene pulgas o garrapatas aplicando directamente el spray sobre el animal eliminará rápidamente el problema. Además existe en el mercado una amplia variedad de precios que depende, básicamente, de la duración del producto. El efecto de choque de los insecticidas en spray es muy parecido, de manera que si su perro tiene garrapatas, también las matará con un producto económico, pero al cabo de 4 o 5 días, a veces antes, el problema puede reproducirse. Con los productos más caros el insecticida puede prolongar su acción hasta un mes. Eso sí, para ello deberá seguir las instrucciones del fabricante y empapar bien a su perro con el producto.
Los inconvenientes: La aplicación es el principal problema que presentan. Para que actúen con eficacia deberemos pulverizar al animal a contrapelo, haciendo que el producto llegue a la piel. También deberemos realizar numerosas aplicaciones y empaparlo bien si queremos que su acción se prolongue. Al final utilizaremos y desperdiciaremos gran cantidad de producto.
Algunas recomendaciones
Para acabar algunos consejos:
Si el riesgo de ataque es elevado, combine diferentes productos. Un insecticida líquido para mantener limpios la perrera y las zonas frecuentadas por su perro, impedirá la aparición de plagas. A esto añada la pipeta. Y si a pesar de todo tiene problemas, póngale un buen collar.
Si en su población se dan muchos casos de leishmaniosis canina, utilice un producto que también actué contra los mosquitos, bien como repelente, bien como repelente e insecticida. Entre los primeros encontrará algunos collares, por ejemplo Scalibur, y algunas pipetas como Advantix. Si utiliza otra marca de pipeta o collar porque le funciona para el control de pulgas y garrapatas y quiere protegerse de los mosquitos, puede utilizar un insecticida a base de cipermetrina, por ejemplo Camaleon. En este caso deberá diluir el producto en agua y aplicarlo por lo menos una vez a la semana. Otro producto muy efectivo es el repelente a base de extracto de neem. Se trata de un insecticida natural de efectividad contrastada si se utiliza regularmente pulverizando al perro de 2 a 3 veces a la semana. Si el problema de los mosquitos es realmente grave, tenga en cuenta que la protección de collares y pipetas no es total y que su acción repelente disminuye mucho al cabo de las 2-3 semanas.
Una buena protección para su perro puede costarle dinero y tiempo, pero recuerde que pulgas, garrapatas y mosquitos son agentes transmisores de una gran cantidad de enfermedades. Al chupar la sangre de su huésped pueden inocular de manera accidental una gran variedad de agentes patógenos que, en algunos casos, pueden transmitirse a las personas. Tener a nuestras mascotas en las mejores y más saludables condiciones no dará seguridad y nos evitará problemas.
Habrá que utilizar tanto en perros como en gatos productos antiparasitarios externos adecuados siempre bajo asesoramiento veterinario.
4. Leismania
Para evitar que nuestros perros contraigan la Leishmaniosis endémica en algunas zonas, y transmitida por la picadura de un mosquito, habrá que protegerlos de Marzo-Octubre utilizando antiparasitarios externos adecuados que eviten la picadura de mosquito (consulte a su veterinario).
La Leishmaniosis es una enfermedad parasitaria que afecta a los perros y es transmitida por un tipo determinado de mosquito (Phlebotomus). Las hembras del mosquito pueden picar a un animal enfermo y tomar el protozoo (género Leishmania) junto con la sangre succionada, estos parásitos cambian de morfología en su interior, adquiriendo la forma infectiva en unos días.
Posteriormente, si este mosquito pica a un animal sano puede transmitirle la enfermedad.
Debe quedar muy claro que no hay posibilidad de contagio directo entre animales o entre animales y personas. Sólo es posible la transmisión mediante el Phlebotomo. Además, en humanos se producen muy pocos casos de contagio y se dan fundamentalmente en personas con su sistema inmunitario deprimido por otras enfermedades o causas.
La Leishmania se localiza en la sangre y la médula ósea del perro. Desde la picadura del mosquito hasta que se muestra la enfermedad pueden pasar de 4 a 6 meses, y no es detectable en esa fase ni siquiera por medio de análisis de sangre. Pasado este tiempo, los síntomas que pueden aparecer son: crecimiento exagerado de las uñas, ganglios infartados, alopecias características en zonas del cuerpo como orejas y alrededor de los ojos y delgadez a pesar de comer con apetito y regularidad, entre otros. Simultáneamente, en perros no tratados, el parásito va afectando a los órganos internos (hígado, riñón...) y la salud del animal empieza a verse seriamente dañada.
Sin embargo, una vez detectada la enfermedad la aplicación del tratamiento existente permite que los animales puedan tener una buena calidad de vida durante muchos años e incluso morir de viejos, si el ambiente es adecuado y la atención correcta. Con este tratamiento se consigue aislar el parásito en la médula y deja de ejercer su efecto, por lo que desaparecen los síntomas.
En caso de no tratar al animal o de que este no responda al tratamiento, su salud va deteriorándose y se recomienda su eutanasia.
Prevención
La Leishmaniosis es endémica en algunas zonas. En España las regiones más afectadas son las de Aragón, Cataluña, Madrid, Baleares, Levante, Murcia, Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura, Castilla y León. Se observa en otras regiones pero con menos intensidad.
Si su perro no recibe protección alguna, el riesgo de contraer la enfermedad varía entre un 3% y un 18%. El riesgo siempre aumenta si el animal permanece más en zonas rurales y periurbanas, en regiones cálidas del país y si está fuera de casa al anochecer.
Al no existir de momento una vacuna la única lucha contra la enfermedad es la prevención: El mosquito vive en primavera y verano, e incluso en otoño si éste es cálido, siendo especialmente activo en el crepúsculo y al amanecer, y durante la noche. Por lo tanto, se recomienda no sacar al animal a la intemperie durante esos momentos y que duerma en el interior; además de aplicar durante esas épocas productos repelentes e insecticidas con la frecuencia y en la dosis que nos recomiende nuestro veterinario.
Igualmente es aconsejable que cada año en otoño-invierno se realice al animal una prueba específica para la detección de esta enfermedad, ya que el tratamiento es más efectivo si se diagnostica pronto.
Tratamiento
Si se observan los síntomas clínicos de la enfermedad, lleve su perro a una clínica veterinaria para realizar una prueba serológica y así confirmar si realmente padece la enfermedad. El tratamiento tendrá más éxito si se inicia en las primeras fases de la enfermedad, de ahí la importancia de realizar análisis anuales.
El tratamiento suprime los síntomas y puede permitir una buena calidad de vida a su animal durante muchos años si la respuesta al mismo es positiva.
Los fármacos utilizados consisten en comprimidos de alopurinol, así como en compuestos antimoniales (glucantime), que se aplican según prescripción del veterinario, que adaptará el tratamiento a las necesidades de cada caso concreto. Se deben hacer controles periódicos 2 o 3 veces al año, para ver la evolución de la enfermedad y detectar posibles recaídas, en cuyo caso se tiene que repetir el tratamiento.
Costes aproximados del tratamiento:
Pruebas: IFI + proteinograma + básico: |
35,00€ (2 ó 3 veces al año) |
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Alopurinol: Zyloric 300 (caja de 30 comprimidos, para un mes) |
3,43 € |
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Glucantime (caja de 10 ampollas) |
4,93 € * |
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* (para una terapia de 30 días de un perro grande se necesitan por regla general 6 cajas a base de 2 dosis diarias de 5 ml cada una). |
5. Miasis
Habrá que tener especial cuidado con las heridas o dermatitis que puedan tener las mascotas en las épocas del año mas calurosas, ya que las moscas pueden poner huevos en ellas y dar lugar a la miasis, en la cual las larvas producen lesiones extensas y profundas en la piel. Una vez instaurada requerirá atención veterinaria y curas diarias.
Las moscas, dípteros, de la clase insecto, pueden ser transmisores o huéspedes de muchos agentes patógenos como virus, parásitos o protozoarios. Sus efectos sobre la piel son variables ya que algunos animales son menos susceptibles o atractivos para las moscas que otros.
Estas pueden producir dermatitis, que es la inflamación de la piel con la consecuente picadura, que comienza con una roncha alrededor del punto sangrante o provocar una miasis.
Las miasis son los huevos de las moscas en una herida húmeda, que drena, con la piel calida o mantos mojados con la orina. Los moscardones de la familia Calliphoridae y Sarcophagidae son los más comunes en las miasis de los animales pequeños. Las larvas encontradas en estas heridas son muy destructoras y producen lesiones extensas con orificios redondos “taladrados” en la piel que se van uniendo y formando heridas más grandes.
Las larvas pueden estar alojadas debajo de la piel o en los tejidos y generalmente se localizan alrededor de la nariz, ojos, boca, ano y genitales o adyacentes a las heridas descuidadas.
Las miasis casi siempre son el resultado de la negligencia.
El tratamiento se basa en la limpieza de la herida con el rasurado de la zona. Se debe aplicar povidona yodada y la larvas deben extraerse manualmente con una pinza evitando que se rompan al sacarlas.
Una vez que la herida está limpia debe aplicarse un antibiótico local y el resto del pelaje debe rociarse con un producto insecticida. Los hay en el mercado de varias marcas, de fácil aplicación y muy efectivos.
Es necesaria la atención diaria de la herida para evitar la infección de la misma y el paciente debe ser alojado mientras se realiza el tratamiento en un lugar libre de insectos o en un sitio con tela metálica.
Por lo general la cicatrización es rápida si se controla la limpieza de la zona pero siempre debe indagarse la causa que la originó.
Muchos animales tienen incontinencia urinaria, fecal, lagrimeo constante, salivación, o dermatosis de los pliegues que son las que mantienen húmeda la piel y si no se las trata la miasis pueden volver.
6. Irritación de almohadillas plantares
Es muy habitual con la llegada de la Primavera la aparición de grietas en las almohadillas plantares de nuestras mascotas por irritación y desgaste de las mismas, al aumentar la frecuencia y duración de los paseos y salidas al campo. En ocasiones el ejercicio tras el periodo de inactividad invernal puede producir desgaste excesivo de las almohadillas dando lugar a cojeras muy dolorosas que han de ser revisadas y tratadas adecuadamente para evitar que el proceso empeore.
Aunque las almohadillas de su mascota sean duras y ásperas, pueden ser susceptibles de sufrir quemaduras por fricción, o por pararse en una superficie demasiado caliente. Cualquier quemadura, debe ser bien atendida, limpiando muy bien con agua y jabón, para prevenir infecciones, y luego ser medicada con algún ungüento antibiótico, para tratar quemaduras.
Así como las personas, a veces, sufren de piel reseca, también las mascotas pueden sufrir de piel agrietada, reseca y callosa, en las carnosidades de las patas. Para protegerlas, puede aplicárseles un poco de crema humectante, de la misma que usamos para nuestras manos, o también el aceite de vitamina E. Pero, ojo, no exagere, ya que aunque un lubricado de vez en cuando puede hacerle sentir más cómodas las patas, suavizarlas demasiado, las vuelve muy vulnerables a sufrir lesiones. Si el callo es demasiado seco, e incómodo, lo mejor es llevarla al veterinario, quien es la persona adecuada para eliminarlos o disminuirlos.
En definitiva, es importante realizar revisiones periódicas en las patas de nuestras mascotas, aún cuando no le hayamos visto que tenga problemas, para detectar a tiempo cualquier cuerpo extraño, que pueda ser luego causa de males mayores, y para mantener limpias y sanas sus almohadillas y la piel entre sus dedos.
7. Espigas
En esta época del año y hasta el otoño podemos tener problemas con las espigas que abundan en los campos y parques de nuestra ciudad. Las semillas que desprenden suelen clavarse en diversas zonas: oídos, ojos, nariz, patas… sobre todo en animales de pelo largo dando lugar a inflamación e infecciones de los tejidos: otitis, úlceras corneales, rinitis, fístulas interdigitales, etc. Si observan que sus animales: sacuden los oídos, presentan ojos cerrados con excesivas legañas, no paran de estornudar o cojean en estas épocas de año, no duden en acudir al veterinario, ya que si se le han
clavado espigas, han de extraerse inmediatamente para evitar que lesionen los tejidos en los que se alojan, y tratar las infecciones secundarias. Se recomienda que los animales de pelo largo lleven el pelo rasurado para evitarlas.
Espigas en el oído
Cuando nuestros perros pasean por lugares donde hay espigas, en ocasiones, acaban en su oído interno. Esto puede ocasionar graves daños, ya que si no actuamos y dejamos que permanezca ahí, corremos el riesgo de provocar un gran dolor al animal. A menudo las espigas acaban por infectarse y entonces sí que sería totalmente necesaria la intervención quirúrgica para poder extraerlas.
Es muy fácil detectar si a nuestro perro se le ha introducido una espiga en su oído. Además de efectuar continuas sacudidas de la cabeza (parecido a cuando se están secando después del baño), observaremos que el perro ladea excesivamente la cabeza del lado del oído en el que se le ha introducido la espiga, como si estuviera escuchando el suelo.
Los pasos que debemos seguir:
Una vez que hemos detectado el problema, procederemos inmediatamente a tumbar al animal en el suelo con el oído afectado hacia arriba, retirando con cuidado la oreja y los pelos con la mano. Con la ayuda de una linterna o luz potente, intentaremos localizarla. Sólo debemos intentar recuperarla si está accesible a nuestros dedos. Nunca, repito, nunca, introduciremos ningún objeto (y mucho menos punzante como pueden ser unas pinzas) en el oído del animal. Éste podría dar una sacudida y provocar que el objeto dañe de una forma gravísima su oído.
Si no vemos la espiga o está demasiado profunda para alcanzarla con nuestros dedos, deberemos llevar inmediatamente a nuestro animal a un veterinario para que se la extraiga. No es que sea cuestión de vida o muerte, pero con el paso de las horas la molestia se tornará en dolor y será más complicada su extracción.
Una vez en el veterinario:
Una vez en el veterinario es posible que sea necesario inmovilizar al animal con anestesia para hacer más segura y menos dolorosa la operación. Esto siempre conlleva un riesgo, pero creo que es perfectamente asumible, ya que en raras ocasiones la anestesia provoca brotes alérgicos que puedan complicar la intervención.
“Recordad que si tenemos en cuenta una serie de precauciones podremos disfrutar de nuestras mascotas también durante la Primavera”